
San Atanasio menciona al gran Basileo del Ponto entre los obispos que en los primeros años de la cuarta centuria mantuvieron con firmeza la consustancialidad del Hijo con el Padre; esa referencia es evidente que apunta al obispo-mártir de Anasea. Las «Actas» del martirio de Basileo, que se suponen escritas por un testigo presencial, un presbítero llamado Juan, no son auténticas, y la narrativa es completamente legendaria, cuentan, entre otras cosas, que Basileo dio refugio a una joven cristiana de nombre Glafira, doméstica de la mujer de Licinio, y que el emperador, por esta injerencia de Basileo en sus asuntos, lo hizo decapitar.
Culto
Sus reliquias se conservan en en la capilla del Santísimo Sacramento en la iglesia de Maria Santissima Annunziata , en Modugno, Bari
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