sábado, 26 de abril de 2014

Libro del mes: Confesiones de san Agustín

Confesiones es un libro en el que san Agustín escribió acerca de su juventud pecadora y de cómo se convirtió al cristianismo. Es ampliamente aceptada como la primera autobiografía occidental jamás escrita, y se convirtió en un modelo para otros autores cristianos de los siguientes siglos. No es una autobiografría completa pues fue escrita tras sus primeros 40 años de vida y vivió hasta los 76, tiempo durante el cual produjo otros importantes trabajos, entre ellos La ciudad de Dios. De todos modos, proporciona gran información sobre la evolución de su pensamiento en sus primeros años. El libro es un acabado trabajo de filosofía y también un importante aporte a la teología.

La obra está dividida en 13 libros. En ellos se narra la niñez de Agustín, su adolescencia y juventud, su carrera académica, su estancia en el maniqueísmo, su proceso personal de acercamiento al cristianismo (ya conocido en la niñez), su conversión, y sus primeras experiencias como católico.

Entre las ideas que más influyen en el mundo occidental se encuentran las que se refieren a la memoria y la interioridad (libro X) y al tiempo (libro XI).

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San Basileo (Basilio) de Amasea

En la versión latina jeronimiana de la Crónica de Eusebio, bajo la 275ª Olimpiada (es decir, entre el 321 y el 324), se inscribe que Basileo, obispo de Amasea en el Ponto, sufrió martirio bajo el reinado de Licinio, y no hay por qué ponerlo en duda. De hecho, entre las firmas de los que asistieron a los concilios de Ancira y de Neocesarea en 314 se encuentra un Basileo de Amasea, y el propio Eusebio, en su Historia Eclesiástica (X,8), relata que en tiempo de Licinio los cristianos eran tratados con gran crueldad, especialmente en Amasea y otras ciudades del Ponto, y que en particular el gobernador infligió a varios obispos las penas ordinarias de los malhechores.

San Atanasio menciona al gran Basileo del Ponto entre los obispos que en los primeros años de la cuarta centuria mantuvieron con firmeza la consustancialidad del Hijo con el Padre; esa referencia es evidente que apunta al obispo-mártir de Anasea. Las «Actas» del martirio de Basileo, que se suponen escritas por un testigo presencial, un presbítero llamado Juan, no son auténticas, y la narrativa es completamente legendaria, cuentan, entre otras cosas, que Basileo dio refugio a una joven cristiana de nombre Glafira, doméstica de la mujer de Licinio, y que el emperador, por esta injerencia de Basileo en sus asuntos, lo hizo decapitar.

Culto
Sus reliquias se conservan en  en la capilla del Santísimo Sacramento en la iglesia de Maria Santissima Annunziata , en Modugno, Bari

San Cleto (Anacleto)

Por mucho tiempo se pensó que Anacleto y Cleto habían sido dos papas distintos,´los dos del
primero siglo. Después resultó claro que el segundo nombre era sólo una abreviación familiar del primero. Y así, de hecho, quedó registrado en la sucesión cronológica de los jefes de la iglesia de Roma: Anacleto o Cleto fue el tercero, después de Pedro y Lino. Tercero, entonces, en la serie de papas, y quizás primero como romano, después del pescador galileo y el toscano Lino. Según el Liber Pontificalis, Cleto era de una familia romana, hijo de un tal Emiliano. Habría ordenado a 25 presbíteros, habría sido mártir y habría sido sepultado un 26 de abril. Estos 25 presbíteros serían el origen de los 25 títulos de las Iglesias de Roma. En cambio, siempre según el Liber Pontificalis, Anacleto era de origen griego y habría sido el responsable de mandar construir los sepulcros para los obispos de Roma.

Recuerdos muy antiguos le atribuyen la construcción de un santuario sepulcral llamado «Memoria», en el lugar de la sepultura de Pedro, en los jardines vaticanos, un territorio que entonces pertenecía al dominio imperial y formado por jardines, campos y tierras sin cultivar. A Anacleto se atribuye también la disposición que prohibía a los hombres de Iglesia usar los cabellos largos, lo que sería un primer ejemplo de tonsura eclesiástica (pero debe tenerse presente que esta misma disposición se atribuye también a otros papas, sin que se sepa exactamente quién la dio).

Su pontificado se desarrolla en algunos años de paz, bajo el emperador Vespasiano (que reina del 69 al 79), y bajo su hijo mayor Tito (79 al 81). En tiempos de este último Italia conoce una de las más importantes catástrofes de su historia: la erupción del Vesubio en agosto del 79, con la destrucción de Herculano y Pompeya. Y poco después Roma verá surgir el edificio destinado a convertirse en su emblema: el anfiteatro Flavio (Coliseo) para los juegos públicos, sede de luchas mortales entre gladiadores y de suplicios para los cristianos.

Finaliza pronto el reinado de Tito, y con el arribo de su hermano Domiciano comienza la persecusión. Pero no sólo contra los cristianos. De hecho, las primeras víctimas son los judíos, forzados a derivar al Estado el tributo debido al templo de Jerusalén destruido por Tito. Una persecución por razones financieras: porque las grandes obras públicas han desangrado las finanzas imperiales; también los judeocristianos deberán pagar. Después la persecusión va a ensañarse a los cristianos en general, no sólo contra sus bienes. Contra ellos se lanza la acusación de «ateísmo», es decir, de no adorar a los dioses del Estado, y esta acusación comporta la pena capital. No sabemos cómo murió Cleto; la persecusión a los cristianos continuaba luego de su muerte, ocurrida en el año 88, pero no hay evidencia de que él haya muerto mártir, y de hecho el Martirologio Romano actual no lo cataloga así; tampoco se conoce el lugar de su sepultura, aunque es presumible que haya sido en los jardines vaticanos.

viernes, 25 de abril de 2014

San Aniano de Alejandría

El gran historiador eclesiástico Eusebio de Cesarea considera a Aniano discípulo del evangelista san Marcos, y su sucesor en la cátedra episcopal de Alejandría de Egipto (Hist.
Ecl. II,24), y lo califica de «hombre agradable a Dios y admirable en todos sentidos». De hecho se festeja junto con san Marcos el 25 de abril. Los apócrifos «Hechos de Marcos» cuentan que Aniano era un zapatero pagano de Alejandría, a quien el evangelista, apenas llegó a la ciudad, encargó la reparación de un calzado; Aniano se lastimó un dedo y comenzó a imprecar contra su cliente, pero éste lo curó trazando sobre la herida la señal de la cruz, e invitándolo a creer en Cristo. Aniano efectivamente se convirtió al cristianismo y se hizo bautizar por Marcos.

En el octavo año del imperio de Nerón (62/63) el santo protoobispo eligió a éste, su primer discípulo del lugar, para ayudarlo en el gobierno de la iglesia alejandrina durante sus frecuentes viajes. Cuando Marcos fue muerto, Aniano continuó ejerciendo el ministerio y murió hacia el 85, después de 22 años de episcopado. La tradición oriental, en cambio, señala que su episcopado duró dieciocho años y 216 días después de la muerte de Marcos, muriendo por tanto hacia el 86. Pedro de Natalibus afirma que el cuerpo de Aniano, al igual que el de Marcos, fue robado y llevado a Venecia, pero que descansa en la iglesia de San Clemente. Él fija la muerte del santo el 4 de octubre, mientras que la iglesia copta lo festeja el 20 hatur (20 de noviembre). Los sinaxarios bizantinos, en cambio, no traen su nombre. San Epifanio dice que en Alejandría se construyó una iglesia en su honor.

San Marcos, Evagelista

Marcos en el Nuevo Testamento y en otras fuentes

Suele identificársele con Juan, llamado Marcos. Este personaje aparece varias veces en los Hechos de los Apóstoles. Se le cita por primera vez en Hechos 12:12, cuando Simón Pedro, milagrosamente liberado de la cárcel, se refugia en casa de María, madre de "Juan, por sobrenombre Marcos". Acompañó a Pablo de Tarso y a Bernabé en el primer viaje de Pablo (Hechos 13:5), pero se separó de ellos cuando llegaron a Panfilia, regresando a Jerusalén (Hechos 13:13 en estos versículos se hace referencia a él simplemente como "Juan"). Cuando Pablo iba a iniciar su segundo viaje, tuvo una grave disputa con Bernabé a propósito de "Juan, llamado Marcos": Bernabé quería que fuese con ellos, pero Pablo se negaba, ya que les había abandonado en el viaje anterior. Pablo y Bernabé terminaron por separarse, y Marcos acompañó al segundo en su viaje a Chipre (Hechos 15:37-39).

No está claro si este personaje, "Juan, llamado Marcos" es el mismo al que se hace referencia en algunas epístolas atribuidas a Pablo, concretamente en 2Timoteo 4:11, Colosenses 4:10, Filemon 1:24 y en la Primera Epístola de Pedro (1Pedro 5:13). En Colosenses se dice de él que es primo, o sobrino, de Bernabé, lo que podría explicar que éste disputase con Pablo acerca de Marcos.

En el final de la Primera Epístola de Pedro, éste se refiere a "mi hijo Marcos". Mientras que las iglesias copta, católica y ortodoxa aseguran que se trata de un hijo espiritual (es decir, que Marcos hubiese sido bautizado por Pedro) o que simplemente Pedro le tenía mucho cariño, varios teólogos protestantes no tienen inconveniente en interpretar que podría tratarse de un hijo físico.

Según el Evangelio que se le atribuye, cuando Jesús fue apresado en el Huerto de los Olivos, le seguía un joven envuelto en una sábana, habiendo especulado algunos con la posibilidad de que este joven fuera el mismo Juan Marcos.

La tradición dice que Marcos evangelizó como Obispo de Alejandría, en Egipto, donde realizó varios milagros y estableció una iglesia y su famosa escuela cristiana, nombrando un obispo, tres presbíteros y siete diáconos y murió allá como mártir en el año 68, un 25 de abril.

Según la tradición, la Iglesia Copta de Etiopía tiene su origen en las prédicas de San Marcos, autor del Segundo Evangelio en el siglo I, que llevó el cristianismo a Egipto en la época del emperador Nerón.

Los Hechos de San Marcos, un escrito de mitad del siglo IV, refieren que San Marcos fue arrastrado por las calles de Alejandría, atado con cuerdas al cuello. Después lo llevaron a la cárcel y al día siguiente le volvieron a aplicar el mismo martirio hasta que falleció. Luego echaron su cuerpo a las llamas, pero los fieles lograron sacarlo y evitar su destrucción.

Atribución del Evangelio de Marcos

Marcos es considerado por la tradición cristiana el autor del evangelio que lleva su nombre. Puesto que él no fue discípulo directo de Jesús basó su relato -siempre según la tradición- en las enseñanzas de Pedro. El autor más antiguo que asignó a Marcos la autoría de este evangelio fue Papías de Hierápolis, en la primera mitad del siglo II, en un testimonio citado por Eusebio de Cesarea.

«y el anciano decía lo siguiente: Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió con exactitud todo lo que recordaba, pero no en orden de lo que el Señor dijo e hizo. Porque él no oyó ni siguió personalmente al Señor, sino, como dije, después a Pedro. Éste llevaba a cabo sus enseñanzas de acuerdo con las necesidades, pero no como quien va ordenando las palabras del Señor, más de modo que Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribía ciertas cosas como las tenía en su memoria. Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso». (Eusebio, Hist. Ecl. iii. 39).

Desde el siglo II se dio por sentado que Marcos era el autor de este evangelio. Aunque es imposible tener ningún tipo de certeza a este respecto, se ha aducido convincentemente que no hay ninguna razón por la cual los primitivos cristianos tuvieran que adjudicar la autoría de este evangelio a un personaje oscuro que no fue discípulo directo de Jesús, en lugar de atribuírsela a uno de los apóstoles.

Reliquias

En el 828, las reliquias atribuidas a San Marcos fueron llevadas de Alejandría por navegantes italianos, que las trasladaron a Venecia, donde se conservan en la Basílica de San Marcos, construida expresamente para albergar sus restos. Los coptos creen que la cabeza del santo quedó en Alejandría. Cada año, en el día 30 del mes de Babah, la Iglesia Copta conmemora la consagración de la iglesia de San Marcos, y la aparición de la cabeza del santo en la iglesia copta de San Marcos, en Alejandría, donde se conservaría su cabeza.

Iconografía

Se asocia a San Marcos con el león porque su Evangelio empieza hablando del desierto, y el león era considerado el rey del desierto y porque su Evangelio empieza hablando del río Jordán y a sus alrededores había muchas fieras, entre ellas el león. También se dice que es el león porque en su Evangelio comienza hablando de Juan el Bautista como "Voz que clama en el desierto", voz que sería como la de un león.
La Iglesia  celebra su fiesta el 25 de abril.

jueves, 24 de abril de 2014

San Gregorio de Elvira (ó de Illiberri)

Gregorio, obispo de Elvira (es decir Illiberri), cerca de Granada, en España, estuvo ligado con todos los defensores de la verdad contra los arrianos. Por el año de 357, se hizo eco de san Hilario de Poitiers, contra Osio de Córdoba. Después del Concilio de Alejandría, en 362, Gregorio se unió a san Lucifer de Cagliari para oponerse a toda tentativa de conciliación con los seguidores del semi-arrianismo. Después de la muerte de Lucifer, en 370, se convirtió en la cabeza de los rigoristas o luciferianos. En 359, se rehusó a firmar las fórmulas de Rimini y escribió sobre este asunto a san Eusebio de Vercelli, quien le respondió desde lo más apartado de la Tebaida. Dos sacerdotes luciferianos, Faustino y Marcelino, en el «Libellus precum» que enviaron a los emperadores, el año de 383, hicieron la apología de Gregorio de Elvira, al mismo tiempo que condenaban a Osio.

Gregorio vivía aún en 390, época en que san Jerónimo escribía al respecto: «Hasta la extrema vejez, escribió diversos tratados en un estilo mediocre; después hizo un libro con estilo elegante, que tiene por título: De fide». Este libro fue por largo tiempo atribuído a san Febado, obispo de Agen, como lo pensaba todavía el padre Durenges; pero Dom G. Morin y Dom A. Wilmart lo reivindicaron en favor de Gregorio de Elvira.

Numerosos críticos trataron a Gregorio con dureza y le acusaron de haberse adherido formalmente al cisma, pero no se ha podido probar que se hubiera separado efectivamente de la Iglesia católica. Desde el siglo IX, este obispo ha sido objeto de culto en la Iglesia. Usuardo, en su martirologio, marcó su fecha el 24 de abril, y los otros martirologios lo han seguido. Algunos lo han puesto el 17 de noviembre para acercarlo así a san Gregorio de Tours o a san Gregorio el Taumaturgo. Aunque algunos sabios persisten en ver a Gregorio de Elvira como cismático e indigno del culto de los fieles, la Iglesia romana ha mantenido su nombre en el martirologio, en la fecha del 24 de abril. No se sabe con certeza el año de su muerte pero se cree que aún vivía en 392 y que llegó hasta la última senectud. La Iglesia juzga que la constancia admirable de este obispo por la defensa de la fe ortodoxa, es una prueba suficiente de la santidad de su conducta.

Obras
Entre sus obras destacan un tratado sobre la fe, otro sobre el Cantar de los cantares, y sobre el arca de Noé. Usa un lenguaje sencillo, se esmera en preparar sus sermones, hallar un sentido espiritual. Predicar es un deber, un acto de caridad. Tiene una gran preocupación por preservar la fe del error. Casi todos los sermones explican textos del Antiguo Testamento, le dedica mayor atención porque presenta mayor dificultad. Otra razón es que en el Evangelio no aparece nada que no aparezca en el Antiguo Testamento, en la ley y en los profetas. La sombra no existe sin el cuerpo, tampoco Cristo sin la Ley, ni esta sin Cristo.

Santa Bárbara

No hay referencias a Santa Bárbara contenidas en las primeras autoridades históricas de la
antigua cristiandad, ni tampoco aparece su nombre en la revisión del martirologio de San Jerónimo. La veneración a esta santa era común, aun así, desde el siglo VII. Alrededor de esta fecha existieron las legendarias Actas de su martirio, los cuales fueron incluidos en la colección de Simeón Metafrastes, y fueron usados asimismo por los autores (Ado, Usuardo, etc.) de los martirologios ampliados redactados durante el siglo IX en la Europa occidental. 
Las tradiciones varían en cuanto al lugar del martirio, existiendo dos opiniones: Simeón Metafrastes y la leyenda latina dada por Mombrito hacen de Heliópolis, en Egipto, el sitio del martirio, mientras que otros relatos, a los cuales Baronio da más peso, afirman que es Nicomedia. En la Martyrologium Romanum parvum (alrededor de 700), el martirologio más antiguo de la Iglesia latina en el cual su nombre aparece, dice: "In Tuscia Barbarae virginis et martyris", una afirmación repetida por Ado y otros, mientras que en aumentos posteriores de los martirologios de San Jerónimo y Bede, dice "Romae Barbarae virginis" o "apud Antiochiam passio S. Barbarae virg". Estas diversas afirmaciones, de cualquier manera, prueban sólo las adaptaciones locales de la veneración de la mártir santa, de quien no hay una tradición histórica genuina. Es seguro que antes del siglo IX ella era públicamente venerada tanto en oriente como en occidente, y que era muy popular en el pueblo cristiano. La leyenda de que su padre fue fulminado por un rayo causó, probablemente, que fuera considerada por la gente común como la santa patrona en tiempos de peligro por las tormentas eléctricas y el fuego, y luego, por analogía, como la protectora de los artilleros y los mineros. También se le invoca como intercesora para asegurar el recibimiento de la Penitencia y la Sagrada Comunión en la hora de la muerte. Un suceso del año 1448 dio pie a la difusión de la veneración a esta santa. Un hombre llamado Enrique Kock estaba a punto de ser quemado en la hoguera en Gorkum; invocó a Santa Bárbara, a quien siempre le había tenido gran devoción. Ella le ayudó a escapar de la hoguera y lo mantuvo vivo hasta que pudo recibir los últimos sacramentos. Una circunstancia similar es relatada en una adición a la Legenda aurea. En los calendarios griegos y en los romanos de hoy en día, la fiesta de Santa Bárbara cae el 4 de diciembre, mientras que en los martirologios del siglo IX, a excepción de Rabano Mauro, la ubican el 16 de diciembre. 

La historia
Siglo III. Según la tradición cristiana, habría nacido en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, hija de un rey sátrapa de nombre Dióscoro, quien la encerró en una torre. El motivo del encierro pudo haber sido para evitar que los hombres admiraran su belleza y la sedujeran, o para evitar el proselitismo cristiano. Durante una ausencia de su padre, Bárbara se convirtió al cristianismo, y mandó construir tres ventanas en su torre, simbolizando la Santísima Trinidad. Su padre se enteró del significado del simbolismo de estas ventanas y se enfadó, queriendo matarla. Por eso, Bárbara huyó y se refugió en una peña milagrosamente abierta para ella. Atrapada pese al milagro, se enfrenta a su destino.


Su martirio fue el mismo que el de San Vicente Mártir: habría sido atada a un potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y quemada con hierros al fuego. Finalmente, el mismo rey Dióscoro la envió al juez, quien dictó la pena capital por decapitación. Su mismo padre fue quien la decapitó en la cima de una montaña, tras lo cual un rayo lo alcanzó, dándole muerte también.

Las reliquias
Las reliquias fueron trasladadas a Venecia en tiempos del dogo Pedro II Orseolo (991 – 1009), por María Argyropoula, una princesa bizantina posiblemente hermana de Romano III, que se había casado con el hijo del dogo, Juan. Las reliquias de la santa quedaron en la iglesia griega y en 1108 una princesa griega de nombre Bárbara se casó con el príncipe de Kiev, Sviatopolk Iziaslavovich. Ella trajo consigo las reliquias que fueron colocados en el monasterio Michailovsky-Zlatoverj en Kiev. En la época de los desastres napoleónicos, las sagradas reliquias fueron llevadas al templo de San Martín de la isla de Murano, donde se custodian aun hoy. Una parte de las reliquias de la mártir Santa Bárbara que se hallaban en la iglesia de San Marcos, en Venecia, fueron depositadas en el santuario de santa Bárbara, perteneciente a la diaconía apostólica y ubicado en el municipio del Ática del mismo nombre, por el arzobispo de Atenas, y toda Grecia, Christódoulos.

En la iglesia de San Juan del Hospital, en Valencia, se encuentra la columna donde fue martirizada, en una capilla bajo la advocación de la santa. Esta relíquia fue traida a la Ciudad de Valencia por la Emperatriz Constanza Augusta de Grecia.

Simbología e iconografía
Se la suele representar joven, bien con la palma del martirio, bien con plumas de pavo real,1 pues este animal es símbolo de la resurrección o la inmortalidad, y aparece ya en la más antigua representación conocida, que data del siglo VIII (Santa María la Antigua, de Roma).

También suele aparecer con su atributo, una torre con tres ventanas, apareciendo unas veces encerrada en la misma y en otras la torre aparece a su lado o en miniatura sobre una de sus manos. El significado de esta torre con tres ventanas es el refugio de la fe en la Santísima Trinidad. Y suele llevar corona, que admite variaciones: en algunas es la de una princesa y en otras es una corona completa formada de varias torres.

La imagen de santa Bárbara también aparece a veces asociada:


  • Con la espada con la cual fue decapitada, lo que ha contribuido a que sea asociada con la guerra, pero dicha espada representa un símbolo de fe inquebrantable.
  • Con un cáliz, que significa su conversión.
  • El rayo que cayó en su martirio ha hecho que sea relacionada con los explosivos y así es patrona del arma de artillería, cuyo escudo son cañones cruzados y la torre es la heráldica de los ingenieros y zapadores. El depósito de explosivos en los buques recibe el nombre de Santa bárbara.
  • Con una rama de olivo entre sus manos, representando el martirio.
  • Con una manto rojo, cáliz de la sangre de Cristo.
  • Junto a bloques de piedra por su patronazgo de la cantería.

Patronazgo

Es la patrona de las profesiones que manejan explosivos, debido a la leyenda del rayo, y especialmente de los militares que pertenecen al arma de artillería en la mayoría de los ejércitos, incluso en algunos países árabes. En las cuencas mineras asturianas le dedican un himno llamado Santa Bárbara bendita, por ser patrona de los mineros.También es la patrona de los electricistas, feriantes y fundidores. Es clásico el patronazgo que ejerce de los canteros. Por ello en alguna iconografía aparece su figura junto a bloques de piedra. conocida como santa de La lluvia desde ese momento

Fiesta
Se celebra el 4 de diciembre, conocido como “día de Santa Bárbara y del artillero”.

En tal fecha los artilleros la invocan con la marcha de guerra Las margaritas.

La oración del artillero es: «Gracias Señor, gracias te doy porque me diste la gracia de ser de los primeros. Me diste por tu amor ser lo que soy, me diste la aristocracia de ser solamente un artillero. Bombardas, culebrinas, falconetes, morteros, obuses y cañones. ¡Qué importa si iluminan hasta los cielos enteros con sus bellas explosiones! Sin escudos al amparo mi corazón se embarga de los más bellos sones al oir los disparos, descarga tras descarga, de acerados cañones. Un fuerte, una muralla, parapeto, trinchera, un fortín, un abrigo todo el aire es batalla y explosión artillera en el campo enemigo. No importa vivo o muerto ser general, teniente, cabo apuntador o artificiero. Sólo importa, muy cierto, el oficio más bravo de ser solamente hijo de Santa Bárbara y artillero.»

Santa Bárbara tiene muchas oraciones, sin embargo la más popular es: «Santa Bárbara, virgen bendita, grandiosa de inmenso poder, Dios te acompañe, y tú a mí por el camino del bien. Con tu espada vencedora líbrame del mal, de la injusticia, de la envidia y de los malos ojos. Con el poder del rayo protégeme de mis enemigos, glorifica la boca de fuego de mi cañón y permite que salga victorioso. Con el cáliz de tu copa y el vino mantén la fuerza de mi cuerpo y espíritu para la dura lucha y el combate. A mis manzanas y margaritas recíbelas como ofrenda de que te tengo siempre presente en mi pensamiento y en mi hogar, y te ruego no me abandones nunca y acudas a mi cada vez que te reclame para defender mi fe, mi tierra, mi familia y mis luchas; y que al final me lleves siempre a la gloria como tú. Amén.»

Aaid al Barbara o fiesta de santa Bárbara se celebra también en Siria, Líbano, Jordania y Palestina, entre los árabes cristianos, anualmente el 4 de diciembre en honor de esta santa cristiana y mártir. Es un día de fiesta muy similar al halloween en América del Norte. Los niños van pidiendo dulces mientras cantan una canción especial para Eid il-Burbara o Aaid al Barbara. Por otra parte, las decoraciones de halloween, tales como linternas, se pueden ver fuera de las casas.

El alimento tradicional para la ocasión es Burbara (un plato de granos de trigo hervidos, semillas de granada, uvas pasas, anís y azúcar), que se ofrece a los niños que van disfrazados de casa en casa. En Líbano, también se prepara una masa que se rellena con nueces o queso. En esta fecha las panaderías tienen una gran afluencia de clientes debido a la compra de los alimentos tradicionales de esta fecha.

La creencia general entre los cristianos libaneses y sirios es que santa Bárbara se disfrazó de numerosos personajes para eludir a los romanos, que eran sus perseguidores, y de esto nace la idea de disfrazarse como ella e ir visitando las casas.

Una práctica común en Líbano de la fiesta de al Barbara encuentra su fuente en el resto de la leyenda oral. Mientras Santa Bárbara huía perseguida, supuestamente corrió a través de un campo de trigo recién sembrado, que creció al instante detrás de ella para cubrir por arte de magia las huellas dejadas. Actualmente este milagro se recrea simbólicamente sembrando semillas de trigo (o garbanzos, granos de cebada, habas, lentejas, etc.) en un algodón en la festividad de Santa Bárbara. Las semillas germinan y crecen hasta cerca de 15 centímetros a tiempo para Navidad, usando los brotes para adornar el pesebre, que generalmente se coloca debajo del árbol de Navidad.